Y es que el Comandante Fidel Castro, y su doctrina
comunista, siempre nos inculcó una doble moral, que además de denigrarnos nos
ha conducido inexorablemente por el camino trazado por su errada Revolución. Yo
crecí y me eduqué con consignas “El niño que no estudia no es buen
revolucionario”, “El que no está con la revolución está en contra de ella”, “La
Universidad es para los revolucionarios”, y en la práctica todo lo que no era
prohibido era obligatorio; sin otra alternativa que una fingida sumisión y una
solapada resignación; o eras condenado a una marginación social, que no te
dejaba otro camino que el exilio o la prisión.
Continúa...