La dictadura de los Castros anda a la deriva. No fueron pocos los fracasos de Fidel; y si se
mantuvo en el poder, fue gracias a su perverso y engañoso entramado de gobierno, con un
férreo secuestro de la información nacional e internacional, un fuerte
sistema de espionaje sobre sus más destacados y cercanos dirigentes, un
manipulado sistema electoral, y la represión de cualquier forma de oposición o
disidencia. Las medidas aplicadas a Huber Mato, Camilo Cienfuegos, Ernesto
Guevara, Roberto Robaina, Arnaldo Ochoa, Jesús Abrahantes, Felipe Perez-Roque,
Carlos Lage, entre los más importantes, y el implícito mensaje a la cúpula, hicieron
de Raúl su sucesor. ¿Qué otra cosa pudo calificar al vice presidente del
gobierno y segundo secretario del partido, responsables directos de la
creciente ruina del pueblo de Cuba? Sin embargo, ya a nadie le
interesa ni Fidel, ni Raúl. La República mediatizada con capital
extranjero marca el inicio del sistema capitalista; el mercado negro, suministro autorizado de los trabajadores por cuenta propia, es más
fuerte que el deprimente y decadente mercado nacional; el dinero de remesa de
los exiliados es la esperanza viva del pueblo; el robo y la corrupción corroen
las propiedades castristas; los empleados públicos roban sin cesar para
completar un salario digno no pagado por el régimen; los dirigentes y sus familias viven como burgueses; todos tienen buenas
casas y autos propios, o "estaticulares"(Estatalmente mantenido como particular); el exilio aumenta y la disidencia crece; ¿Qué
cambios ha hecho Raúl? Lo que cualquier sustituto estaba obligado a hacer;
primero, reconocer uno por uno los errores, prohibiciones y limitaciones de la
política errada de Fidel y el propio Raúl; y luego, tratar de corregir obligatoriamente,
la mayoría de los frenos económicos del embargo a la vida de los cubanos
mantenido por los hermanos Castros. En comentarios siguientes trataré de describir la
situación en que dejé dicha dictadura hace apenas 5 meses, y trataré de
compartir los posibles desenlaces futuros.
Continúa...
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