lunes, 5 de mayo de 2014

Hágase la Luz Sexta Parte Extraordinaria 97

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El artículo 51 de la Constitución de la República de Cuba, debajo relacionado, es ficticio. Cualquier similitud con otras Constituciones democráticas y respetadas en la vida real, es pura casualidad y no intencionada:  
Artículo 51: Todos tienen derecho a la educación. Este derecho está garantizado por el amplio y gratuito sistema de escuelas, seminternados, internados y becas, en todos los tipos y niveles de enseñanza, y por la gratuidad del material escolar, lo que proporciona a cada niño y joven, cualquiera que sea la situación económica de su familia, la oportunidad de cursar estudios de acuerdo con sus aptitudes, las exigencias sociales y las necesidades del desarrollo económico-social. Los hombres y mujeres adultos tienen asegurado este derecho, en las mismas condiciones de gratuidad y con facilidades específicas que la ley regula, mediante la educación de adultos, la enseñanza técnica y profesional, la capacitación laboral en empresas y organismos del Estado y los cursos de educación superior para los trabajadores.
No es gratuita una "Educación" que obliga a los niños en sus escuelas desde que inician sus estudios a mentir diariamente, diciendo: "Seremos como el Che"; obligados a ingresar en la Unión de Pioneros de Cuba, con la falsa consigna de “Pioneros por el Comunismo”; quedando comprometidos durante su permanencia en la escuela primaria, a asistir a cuantas actividades políticas de adoctrinamiento los convoquen. Y todo ello gústele o no a los alumnos y/o sus padres; dado la amenaza de la mancha al expediente y la consecuente imposibilidad de obtener becas para posteriores estudios. Cuando yo matriculé en la Secundaria Básica en 1966, yo fui obligado a cumplir 45 días cada año, en la llamada Escuela al Campo; cuyo único fin era trabajar para pagar en actividades agrícolas, la "Enmascarada y cínica Educación Gratuita". Si no cumplía con ese requisito no podía continuar mis estudios. Y mientras tanto, nuestros padres debían realizar trabajos voluntarios domingo tras domingo, pertenecer a los CDR, cotizar, hacer guardias nocturnas, participar en todo tipo de actividad de apoyo al régimen, o podían influir negativamente en nuestra selección de becas. Hasta hace muy poco, el pre-universitario en Cuba, era únicamente en el Campo, separando a los jóvenes de entre 15 y 18 años de sus padres,cuando los valores formativos de la familia son más decisivos que nunca. En la mañana los alumnos recibían clases y en la tarde trabajaban en actividades agrícolas con normas que cumplir, para pagar así camufladamente su educación. La opción por una buena carrera universitaria estaba limitada a un buen expediente de “revolucionario”. La "universidad era para los revolucionarios” (y para quienes fingían serlo). Para los menos "Revolucionarios" y malos simuladores quedaban las carreras de menos preferencias. Los padres también pagaban su cuota, participando en todas las actividad diseñadas por el régimen, desde  donaciones de sangre, trabajos "voluntarios", y renuncia a un día de salario, hasta integrar las organizaciones dictatoriales diabólicas, como Comités de Defensa y Milicias de Tropas Territoriales, para cubrir el costoso precio de una deficiente y "Adoctrinada educación". En las universidades, no sumarse a las actividades revolucionarias, o no integrarse al trabajo productivo en el campo en el verano, luego de renunciar a un mes de vacaciones, significaba graduarse con un expediente deficiente, que sería determinante para la futura ubicación laboral. La disciplina “revolucionaria” y acatar o al menos mostrar acuerdo con la “ideología socialista” era obligatoria, de lo contrario el alumno estaba en problemas que ocasionaron muchas expulsiones; y troncharon muchos sueños y aspiraciones, porque debieron graduarse en especialidades no afín a su vocación. Al terminar la carrera universitaria, tienes que trabajar gratuitamente un mes en la Construcción o agricultura; más dos años de servicio social donde quiera que la Revolución te necesite, con el salario más bajo imaginable para un profesional. Y por último, el salario promedio será de entre 15 a 30 dólares; lo que te obliga a elegir entre vivir como un esclavo con doble moral, y buscar otro trabajo a medio tiempo para sobrevivir, o colgar el título y dedicarte a algún Trabajo por Cuenta Propia para progresar algo. Esta triste situación obliga a optar por Misiones Internacionalistas, convirtiéndote en Mercancía y/o Mercenario Político como en Venezuela, separado de tu familia y arriesgando la vida por el tercer mundo, entre enfermedades y violencia; por lo que muchas veces la deserción te impone cambiar vocación por libertad.  Continúa...

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