martes, 7 de enero de 2014

Hágase la Luz Quinta Parte 14

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Ahora la Fiscalía se había tornado agresiva y su acusación de Desacato, no era otra cosa que un evidente plan que perseguía mi encarcelamiento y posterior aniquilación, pues no sólo había desafiado al Régimen durante 6 años, sino que me había atrevido a acusar al Fiscal General de la República, General Juan Escalona Regueira; y al pedir disculpas para poder sobrevivir e intentar contraatacar después con más fuerza y desde una posición menos vulnerable, como es el territorio cubano para los que no acatan los designios de los Castros y su camarilla; lo único que había logrado era un Sobreseimiento Provisional del Trámite de la Denuncia contra mí, lo que implicaba que a la menor actividad disidente de mi parte que ellos detectaran me reabrirían el expediente e iría a parar a prisión con una segura muerte planificada y ejecutada allí, pues no sería ni el primero ni el último de estos casos. Pero el Caso que yo había logrado configurar, bien valía la pena cuidar, aunque ello conllevara una aparente tregua necesaria. Y digo Aparente tregua, porque a partir de Julio del 2002, mi actividad contra el régimen se intensificó clandestinamente en cuatro líneas principales y bien concebidas y ejecutadas: En 1er lugar, decidí no trabajar más para la dictadura, como muestra de mi descontento, y evitar igualmente cualquier trampa que me pudieran fraguar para llevarme a juicio y luego a prisión. En 2do lugar, me di a la tarea de recopilar cuidadosamente toda la información que tenía del caso, que no era poca, organizarla, digitalizarla, clasificarla, ordenarla cronológicamente, sacarles copias, esconderlas, custodiarlas, estudiarlas una por una a fondo; buscar toda la literatura legal necesaria para soportar el caso, digitalizarla, organizarla, estudiarla, tomar notas, escribir varios resúmenes con vistas a la posible publicación de la Denuncia en el exterior, traducirlos al inglés para ampliar la cobertura divulgativa; y sobre todo, mantener la más estricta discreción de lo que estaba realizando, al extremo de no compartirlo con nadie, ni siquiera con mi esposa e hijos. Se trataba de ser lo suficientemente responsable y no permitir que una denuncia tan bien documentada pudiera caer en manos de la Seguridad del Estado Cubano y perder la oportunidad de verter un poco más de luz en la Historia no contada del régimen de los Castros.
                                                                                Continúa...