En Cuba, no
podemos elegir al Presidente democráticamente; y ni tampoco podemos lograr, en
un Caso de Violación de los Derechos Humanos, la atención del que nos es
impuesto. Es así como nos obligan a adoptar la doble moral o la apatía; y si
somos honrados, nos obligan a elegir entre la represión, la prisión o el
exilio, como única manifestación de Indignación. Lamentablemente, cuentan con
la complicidad de aún muchos, que no se percatan de la falsedad de esa
dictadura, que ya no soporta la más mínima valoración.
Continúa...