Continuación...Sexta Parte Extraordinaria Entrada 37
En
enero de 1998, el viaje oficial a Cuba del Papa, Juan Pablo II, marcó el
colofón de la derrota de los Castros contra la Religión, y la Iglesia Católica
en particular. Recordemos que en los estatutos del Partido Comunista (1965), se
estipulaba "luchar contra el oscurantismo religioso", en la
práctica, la no aceptación de los creyentes entre sus filas, y el rechazo al
ingreso, en la administración del Estado y en determinadas carreras
universitarias, de cualquier persona que profesara públicamente una religión. Miles
de ciudadanos se vieron obligados a ocultar su fe, para no ser víctimas de las
represalias gubernamentales. El IV
Congreso del P.C.C. en
1991, eliminó de sus estatutos las restricciones a los creyentes a ingresar en
el partido; y poco tiempo después, la Asamblea Nacional del Poder Popular ratificó
una serie de reformas constitucionales para implantar la libertad religiosa en
Cuba. Se reformó el artículo 42 de la Constitución estipulando que la
discriminación por razón de raza, sexo, origen nacional y creencias religiosas, sería sancionada por la
ley; y el artículo 43, estableció
que todos los ciudadanos cubanos, sin discriminación de ningún tipo, incluida
la discriminación por motivos religiosos, podrían tener acceso a todos los
cargos y empleos del Estado y de la Administración Pública ...
Durante cinco días, el Papa visitó La Habana, Santa Clara, Santiago y Camagüey,
donde además de referirse a cuestiones religiosas, mencionó algunos temas
sensibles referidos a políticas gubernamentales, como, por ejemplo, la
liberación de todos los presos políticos y la instauración de la libertad de
prensa y de expresión.
Continúa...