jueves, 20 de febrero de 2014

Hágase la Luz Sexta Parte Extraordinaria 37

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En enero de 1998, el viaje oficial a Cuba del Papa, Juan Pablo II, marcó el colofón de la derrota de los Castros contra la Religión, y la Iglesia Católica en particular. Recordemos que en los estatutos del Partido Comunista (1965), se estipulaba "luchar contra el oscurantismo reli­gioso", en la práctica, la no aceptación de los creyentes entre sus filas, y el rechazo al ingreso, en la administración del Estado y en determinadas carreras universitarias, de cualquier persona que profesara públicamente una religión. Miles de ciudadanos se vieron obligados a ocultar su fe, para no ser víctimas de las repre­salias gubernamentales. El IV Congreso del P.C.C. en 1991, eliminó de sus esta­tutos las restricciones a los creyentes a ingresar en el partido; y poco tiempo des­pués, la Asamblea Nacional del Poder Popular ratificó una serie de reformas constitucionales para implantar la libertad religiosa en Cuba. Se reformó el artícu­lo 42 de la Constitución estipulando que la discriminación por razón de raza, sexo, ori­gen nacional y creencias religiosas, sería sancionada por la ley; y el artículo 43, estableció que todos los ciudadanos cubanos, sin discriminación de ningún tipo, incluida la discriminación por motivos reli­giosos, podrían tener acceso a todos los cargos y empleos del Estado y de la Administración Pública ... Durante cinco días, el Papa visitó La Habana, Santa Clara, Santiago y Camagüey, donde además de referirse a cuestiones religiosas, mencionó algunos temas sensibles referidos a políticas gubernamentales, como, por ejemplo, la liberación de todos los presos políticos y la instauración de la libertad de prensa y de expresión.
                                                      Continúa...