Acabo de leer un artículo
en el diario digital peru.com que cuenta la siguiente anécdota de García
Márquez y Fidel Castro: ...el colombiano pasó un mes en el Hotel Nacional de La
Habana a la espera de la llamada del Comandante.(Bendita forma de hacer amigos;
no me puedo imaginar cuanto debe haber costado las amistades de Ernest
Hemingway y Maradona.) Un día, a las 3 de la tarde, Castro se presentó allí en
un jeep y se puso al volante, de manera que García Márquez, acompañado de
Gonzalo, pudiese sentarse a su lado. Salieron para el campo y Fidel pasó dos
horas hablando de comida. García Márquez recordaría: “Yo le pregunté: ‘Bueno, y
usted, ¿cómo sabe tanto de alimentación’”. “‘Chico, cuando tengas la
responsabilidad de alimentar un pueblo entero, sabrás de alimentación’”,
le respondió. (¿Qué clase de amistad sincera puede forjarse sobre el cinismo y
la mentira? García Márquez sería muy buen aprovechado de Fidel y viceversa,
pero por el pueblo cubano poco debe haberse preocupado para ignorar su
realidad, y perdurar disfrutando de la "amistad" del dictador).