¿Es
que Raúl no goza de la misma falta de transparencia en su gestión que su
hermano Fidel? ¿Qué sabe el Pueblo cubano de la famosa «reserva del Comandante»
creada en los años sesenta? Una cuenta especial formada con fondos extraídos de
la actividad económica nacional, para uso exclusivo del dictador, fuera de cualquier
control o comprobación, con la justificación de una muy conveniente supuesta
agresión imperialista. En la práctica, la reserva ha mostrado sirvar más para los
intereses privados de los Castros que para la acción pública. Según Juan Reinaldo Sánchez, ex Guarda espaldas de Fidel, la «reserva del Comandante» es "la paga que le
permite vivir como un rey sin preocuparse jamás de los gastos... Fidel puede...
en todo momento... ordenar construir un dispensario, una escuela, una
carretera, o... atribuir vehículos a determinado municipio (porque la reserva
comprende también un parque automovilístico) sin pasar por un ministerio o una
administración. Basta con que el benefactor se vuelva hacia su edecán y le
indique una cantidad para que el proyecto se convierta en realidad... y para
que Fidel pase por ser un hacedor de milagros." Según Sánchez esto no
constituye un secreto de Estado...: "Lo que sí lo es, en cambio, es la
cuantía de la reserva." Eso si la unidad de cuenta de Fidel es el dólar. No
andaba lejos de la verdad la revista estadounidense Forbes, cuando en 2006 colocó
la fortuna de Fidel (unos novecientos millones de dólares) entre las diez
primeras del mundo. Testimonios de numerosos altos funcionarios cubanos desertores
revelaban que Fidel malversaba una parte de la cifra de negocios de empresas
creadas y controladas a su antojo por medio de sus allegados (Corporación
Cimex, Centro de Convenciones y Medicuba), y utilizaba parte de la riqueza
nacional con fines propios.
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