martes, 3 de marzo de 2015

La Ilegitimidad de Raúl Castro. Quinta Parte.

¿Es que Raúl no goza de la misma falta de transparencia en su gestión que su hermano Fidel? ¿Qué sabe el Pueblo cubano de la famosa «reserva del Comandante» creada en los años sesenta? Una cuenta especial formada con fondos extraídos de la ac­tividad económica nacional, para uso exclusivo del dictador, fuera de cualquier control o comprobación, con la justificación de una muy conveniente supuesta agresión im­perialista. En la práctica, la reserva ha mostrado sirvar más para los intereses privados de los Castros que para la acción pública. Según Juan Reinaldo Sánchez, ex Guarda espaldas de Fidel, la «reserva del Comandante» es "la paga que le permite vivir como un rey sin preocuparse jamás de los gastos... Fidel puede... en todo momento... ordenar construir un dispensario, una escuela, una carretera, o... atribuir vehículos a determinado municipio (porque la re­serva comprende también un parque automovilístico) sin pasar por un ministerio o una administración. Basta con que el benefactor se vuelva hacia su edecán y le indique una cantidad para que el proyecto se convierta en realidad... y para que Fidel pase por ser un hacedor de milagros." Según Sánchez esto no constituye un secreto de Estado...: "Lo que sí lo es, en cambio, es la cuantía de la reserva." Eso si la unidad de cuenta de Fidel es el dó­lar. No andaba lejos de la verdad la revista estadounidense Forbes, cuando en 2006 colocó la fortuna de Fidel (unos novecientos millones de dólares) entre las diez primeras del mundo. Testimonios de numerosos altos funcionarios cubanos desertores revelaban que Fidel malversaba una parte de la cifra de negocios de empresas creadas y contro­ladas a su antojo por medio de sus allegados (Corporación Cimex, Centro de Convenciones y Medicuba), y utilizaba parte de la riqueza nacional con fines propios.

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