Después de haber escuchado a Fidel Castro afirmar en EE.UU que él no era
"Comunista", y después de haber vivido su dictadura, y leido el libro
"La vida oculta de Fidel Castro", escrito por su guardaespalda por
más de 17 años, Reinaldo Sánchez, creo que tuvo una gran visión Richard Nixon, cuando
tras su apretón de manos con Fidel Castro durante la visita de este a EE.UU en abril
de 1959, recomendó que el líder
cubano fuera derrocado por cualquier medio.
Y
ahora, conociendo la similitud de los hermanos Castros, y haber escuchado a
Raúl reafirmar públicamente: "...tampoco aceptaremos ninguna pretensión de
aconsejar, ni presionar en materia de nuestros
asuntos internos...", nos
damos cuenta que ese estrechón de mano de Obama y Castro es tan infame y falso
como el propio Raúl y Fidel Castro. Puede que Cuba no sea un peligro para USA,
pero todos sabemos el miedo enfermiso que los Castros le tienen a la
penetración ideológica americana; y a Obama, amigos, no le queda el tiempo
suficiente para curarla. No tienen crédito las declaraciones del Presidente
Barack Obama, cuando dijo: "Fue
una conversación franca y fructífera con Raúl Castro...Tenemos visiones muy
diferentes de cómo debe organizarse una sociedad y fui muy directo con él sobre
que continuaré hablando de temas como democracia, derechos humanos, libertad de
reunión y libertad de prensa". Los gestos de Obama, no por
ser cordiales y bien intencionados, dejan de ser ingenuos y estériles.
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