El llamado trabajo por Cuenta Propia en Cuba, Autónomo en otros Países, dista
mucho de la verdadera esencia del Trabajo Emprendedor. Y mientras su régimen
Totalitario no desaparezca, en nada cambiará en el futuro. Yo sufrí su Naturaleza
irracional y diabólica en carne propia. El 16 de diciembre de 1996 cinco
funcionarios, procedentes del Departamento Técnico de Investigación (DTI), la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), la Oficina Provincial de Inspección Pesquera, y el Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social (MTSS) de Cienfuegos, violaron mi domicilio y practicaron un registro ilegal,
aprovechando que mi esposa se encontraba sola, en compañía de nuestro hijo de
doce años, enfermo ese día, quien tuvo que sufrir el rigor de las violaciones y
las acciones perpetradas por los actuantes, así como el estado de indefensión
de su madre y lo severo e injusto de varias sanciones aplicadas a ella, de
forma totalmente arbitraria e ilegal. Tan solo cuatro libras de camarones de
tercera clase congelados en el refrigerador doméstico de la familia, adquiridos
lícitamente por demás, bastaron para que le impusieran cinco mil pesos de multa,
el decomiso del refrigerador de la familia, valorado en unos quince mil pesos
cubanos, y el retiro del permiso de trabajo del pequeño Restaurante.
mucho de la verdadera esencia del Trabajo Emprendedor. Y mientras su régimen
Totalitario no desaparezca, en nada cambiará en el futuro. Yo sufrí su Naturaleza
irracional y diabólica en carne propia. El 16 de diciembre de 1996 cinco
funcionarios, procedentes del Departamento Técnico de Investigación (DTI), la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), la Oficina Provincial de Inspección Pesquera, y el Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social (MTSS) de Cienfuegos, violaron mi domicilio y practicaron un registro ilegal,
aprovechando que mi esposa se encontraba sola, en compañía de nuestro hijo de
doce años, enfermo ese día, quien tuvo que sufrir el rigor de las violaciones y
las acciones perpetradas por los actuantes, así como el estado de indefensión
de su madre y lo severo e injusto de varias sanciones aplicadas a ella, de
forma totalmente arbitraria e ilegal. Tan solo cuatro libras de camarones de
tercera clase congelados en el refrigerador doméstico de la familia, adquiridos
lícitamente por demás, bastaron para que le impusieran cinco mil pesos de multa,
el decomiso del refrigerador de la familia, valorado en unos quince mil pesos
cubanos, y el retiro del permiso de trabajo del pequeño Restaurante.
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