miércoles, 11 de marzo de 2015

La Ilegitimidad de Raúl Castro. Décima Parte.

¿Cómo manipularon la "Purga Ochoa" Fidel y Raúl, para procurarse la inocencia en un escándalo, en el cuál no sólo estaban vinculados, sino que fueron sus autores intelectuales y jefes máximos? Instalados en el despacho de Raúl, en el 4to piso del MINFAR, los Castros siguieron en directo todo el desarrollo de las Causas n.° 1 y n.° 2 (Casos Ochoa y Abrantes, respectivamente) a través de un circuito cerrado de vídeo; que servía para difundir ambos juicios a través de la televisión cubana. Por supuesto, la transmisión se realizó siempre en diferido, aplicando la censura conveniente cuando algunos fragmentos amenazaban con ajustarse demasiado a la verdad, pudiendo poner en evidencia o descubrir la responsabilidad de Fidel y Raúl Castro en el asunto. Fidel dispuso de un sistema de comunicación secreta con el General Juan Escalo Regueira, Presidente del Tribunal Militar, que su ex Gualda espalda Juan Reinaldo Sánchez (presente en todo momento), revela en su libro "La vida oculta de Fidel Castro", título que, por cierto, considero muy eufemístico, ya que debió haberse llamado "La vida sucia de Fidel Castro". Pues bien, Fidel se permitió aler­tar con cautela al presidente del tribunal, mediante un piloto luminoso, indicándole los momentos en que convenía proceder a interrumpir la sesión. Según Juan Reinaldo Sánchez, cuando Fidel emitía su señal al General Juan Escalona para interrumpir el juicio, Raúl le daba la orden siguiente: "«Avisa al jefe de la escolta de que los compañeros del proceso van a subir de un momento a otro»." Y así mismo sucedía; unos minutos después, el presidente del tribunal, el fiscal y los jurados se presentaban donde Fidel para recibir instrucciones. Así de falsa y cínica todos sabemos funciona la justicia de los Castros. Continuará...