Ante
el evidente y esperado fracaso de los Lineamientos del PCC, los Castros apelan
al Plan B, fingirse Religiosos, y pedir un "Milagro" al Vaticano con
la ayuda de su eterno enemigo, el Imperialismo Yanqui. Para la indignación y el
asombro de muchos, el Papa perdonó la represión en Cuba y negoció la
legitimación del Dictador Raúl Castro, a cambio, naturalmente, de aperturas
para la Iglesia Católica en Cuba. Así, el macabro plan B de los Castros, en
contubernio con la Iglesia Católica, otrora enemigo del Socialismo Totalitario
Castrista, logró la complicidad del Presidente de los EE.UU, aprovechando el
próximo término de su último mandato, y siguiendo la intuición de otro ex
presidente norteamericano, John Quincy Adams (1825-1829), quien en abril de 1823, formuló
su línea de política exterior hacia a Cuba, conocida como “Política de la
Fruta Madura”; que planteaba que Cuba, separada de España, tiene que gravitar
hacia la Unión, y la Unión, en virtud de la propia ley, no iba a dejar de
admitirla en su propio seno, por ser de trascendental importancia para los
intereses políticos y comerciales de EE.UU. Sin embargo, el "Milagro"
en Cuba no alcanza para todos; el pueblo de a pie seguirá en la penuria, porque
la "Fruta", la "Fruta" está podrida!