¡Vaya pesadilla el sueño que tuve
anoche! La Seguridad del Estado Cubano había logrado infiltrar un agente
secreto en el Consulado General de España en La Habana; y como parte de un plan
para castigarme, por haber publicado mi libro “Por un puñado de gambas”, crítico
sobre su régimen, habían decidido revisar el expediente de Otorgamiento de la
Nacionalidad española a mi esposa, cancelársela, y obligarme a regresar a Cuba
para enjuiciarme y mandarme a prisión, donde me asesinarían con posterioridad. ¡Qué
paranoia la mía! La idea incluía no notificar a mi esposa el Auto de
Cancelación, sino esperar a que ella tuviera necesidad de viajar a Cuba, para
una vez en el aeropuerto de Barajas, Madrid, retirarle su DNI y pasaporte
español, obligándola a continuar viaje hacia Cuba, y una vez en la isla
secuestrarla y no permitirle regresar a España. De esa manera obstaculizarían la
defensa efectiva de sus derechos fundamentales y evitarían que pudiera
prosperar alguna acción legal a su favor que les destruyera su plan. ¡En que angustia
estaba viviendo mi familia y yo durante esta pesadilla! Doy gracias al viento
que me despertó golpeando fuerte sobre mi ventana. Sin embargo, aunque la
realidad es bien distinta, y nada tiene que ver con el gobierno cubano; mi
familia y yo si nos encontramos sumidos en una profunda angustia desde que el pasado
27 de agosto, en las dependencias de Frontera del aeropuerto de Barajas, se procedió
a la retirada del pasaporte y DNI español a mi esposa, Dora Lidia Romero
Calzadilla. ¿Pero cómo no voy a tener pesadillas? ¿Se imaginan ustedes que a un
ciudadano de la UE, sea Belga, Sueco, Danés, Alemán, Francés, Suizo, o de donde
sea, se le retirara su pasaporte y su DNI sin comunicársele el por qué?
Pero, ¿cómo no tener pesadillas con un supuesto secuestro en el
Consulado General de España en La Habana? Si al segundo día en Cuba, el martes
30 de agosto, mi esposa se personó en su Ministerio de Asuntos Exteriores y de
Cooperación, y le notificaron un AUTO de cancelación de su inscripción marginal
de opción a la nacionalidad española de origen, fechado el 4 de diciembre de
2015, con casi dos años de retraso, y sin mencionar el por qué se le había
otorgado casi 7 años atrás, cuando mi esposa aportó la documentación requerida
al efecto con todas las formalidades legales, habiéndonos inducido a vender nuestra
vivienda y demás propiedades en Cuba a precios irrisorios para venirnos a vivir
a Las Palmas de Gran Canaria.
Es que no sólo se le ha despojado de su nacionalidad española; también se
le ha anulado su residencia legal en España, que desde el 12 de octubre de 2013
hasta hoy en día tiene empadronada en el mismo apartamento en Las Palmas de
Gran Canaria; se le ha expulsado de facto del territorio español; se le ha roto
su convivencia matrimonial de 35 años, registrado además en la Embajada de
España en La Habana; se le ha separado del seno familiar con su hija; y se le impide poder regresar a España, obligándosele a
afrontar el litigio desde Cuba, donde no existe
una red de internet efectiva y estable, y cuyos abogados no tienen competencia ante las
instituciones de España, ni suficientes conocimientos de sus leyes.
El 15 de septiembre de 2017 presentamos un Recurso de Apelación, Registro
No. 12711, dentro del término concedido por el Consulado, acreditando que el
Auto impugnado es contrario a Derecho: 1) porque fue adoptado en el marco de un
expediente que ha sido tramitado con flagrante infracción del procedimiento
legalmente establecido, con vulneración del derecho fundamental de mi esposa,
consagrado en el artículo 24.1 de la Constitución española, a obtener una
tutela judicial efectiva y a no sufrir indefensión; 2) porque cuando fue
notificado el AUTO de cancelación el procedimiento en el que fue adoptado ya
había caducado; y 3) porque, en cualquier caso, no concurre el supuesto que se
invoca como pretendido motivo de la cancelación. Y el 22 de septiembre de 2017,
denunciamos en ese Consulado, Registro No. 13163, que a mi esposa no se le permitía
regresar a nuestro domicilio en Las Palmas de Gran Canaria para afrontar el
litigio surgido, y solicitamos una Medida Cautelar, que suspendiera la
ejecutividad del Auto apelado, con la devolución de su DNI y pasaporte; pero,
pasados ya más de seis meses de nuestras acciones legales, la Dirección General de los
Registros y del Notariado del Ministerio de Justicia de España no ha dado
muestras de atención a nuestro caso, prolongando la separación de nuestra
familia, y acrecentando los daños económicos y síquicos resultantes de esta
situación. En efecto, nuestra familia se ha visto obligada a la separación
durante las pasadas navidades, el año nuevo, el cumpleaños de mi esposa el 23
de enero pasado, el día de San Valentín el 14 de febrero; y lo que es peor, este
1ro de abril afrontamos la posibilidad real de vivir en separación, por primera
vez, mi 64 cumpleaños y nuestras Bodas de Coral por nuestros 35 años de
matrimonio.
¡Perdón, pero no he podido callar esta
pesadilla del SECUESTRO
EN EL CONSULADO DE ESPAÑA EN LA HABANA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario