domingo, 4 de marzo de 2018

SECUESTRO EN CONSULADO DE ESPAÑA EN LA HABANA



¡Vaya pesadilla el sueño que tuve anoche! La Seguridad del Estado Cubano había logrado infiltrar un agente secreto en el Consulado General de España en La Habana; y como parte de un plan para castigarme, por haber publicado mi libro “Por un puñado de gambas”, crítico sobre su régimen, habían decidido revisar el expediente de Otorgamiento de la Nacionalidad española a mi esposa, cancelársela, y obligarme a regresar a Cuba para enjuiciarme y mandarme a prisión, donde me asesinarían con posterioridad. ¡Qué paranoia la mía! La idea incluía no notificar a mi esposa el Auto de Cancelación, sino esperar a que ella tuviera necesidad de viajar a Cuba, para una vez en el aeropuerto de Barajas, Madrid, retirarle su DNI y pasaporte español, obligándola a continuar viaje hacia Cuba, y una vez en la isla secuestrarla y no permitirle regresar a España. De esa manera obstaculizarían la defensa efectiva de sus derechos fundamentales y evitarían que pudiera prosperar alguna acción legal a su favor que les destruyera su plan. ¡En que angustia estaba viviendo mi familia y yo durante esta pesadilla! Doy gracias al viento que me despertó golpeando fuerte sobre mi ventana. Sin embargo, aunque la realidad es bien distinta, y nada tiene que ver con el gobierno cubano; mi familia y yo si nos encontramos sumidos en una profunda angustia desde que el pasado 27 de agosto, en las dependencias de Frontera del aeropuerto de Barajas, se procedió a la retirada del pasaporte y DNI español a mi esposa, Dora Lidia Romero Calzadilla. ¿Pero cómo no voy a tener pesadillas? ¿Se imaginan ustedes que a un ciudadano de la UE, sea Belga, Sueco, Danés, Alemán, Francés, Suizo, o de donde sea, se le retirara su pasaporte y su DNI sin comunicársele el por qué?
     Pero, ¿cómo no tener pesadillas con un supuesto secuestro en el Consulado General de España en La Habana? Si al segundo día en Cuba, el martes 30 de agosto, mi esposa se personó en su Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, y le notificaron un AUTO de cancelación de su inscripción marginal de opción a la nacionalidad española de origen, fechado el 4 de diciembre de 2015, con casi dos años de retraso, y sin mencionar el por qué se le había otorgado casi 7 años atrás, cuando mi esposa aportó la documentación requerida al efecto con todas las formalidades legales, habiéndonos inducido a vender nuestra vivienda y demás propiedades en Cuba a precios irrisorios para venirnos a vivir a Las Palmas de Gran Canaria.
     Es que no sólo se le ha despojado de su nacionalidad española; también se le ha anulado su residencia legal en España, que desde el 12 de octubre de 2013 hasta hoy en día tiene empadronada en el mismo apartamento en Las Palmas de Gran Canaria; se le ha expulsado de facto del territorio español; se le ha roto su convivencia matrimonial de 35 años, registrado además en la Embajada de España en La Habana; se le ha separado del seno familiar con su hija; y se le impide poder regresar a España, obligándosele a afrontar el litigio desde Cuba, donde no existe una red de internet efectiva y estable, y cuyos abogados no tienen competencia ante las instituciones de España, ni suficientes conocimientos de sus leyes.
     El 15 de septiembre de 2017 presentamos un Recurso de Apelación, Registro No. 12711, dentro del término concedido por el Consulado, acreditando que el Auto impugnado es contrario a Derecho: 1) porque fue adoptado en el marco de un expediente que ha sido tramitado con flagrante infracción del procedimiento legalmente establecido, con vulneración del derecho fundamental de mi esposa, consagrado en el artículo 24.1 de la Constitución española, a obtener una tutela judicial efectiva y a no sufrir indefensión; 2) porque cuando fue notificado el AUTO de cancelación el procedimiento en el que fue adoptado ya había caducado; y 3) porque, en cualquier caso, no concurre el supuesto que se invoca como pretendido motivo de la cancelación. Y el 22 de septiembre de 2017, denunciamos en ese Consulado, Registro No. 13163, que a mi esposa no se le permitía regresar a nuestro domicilio en Las Palmas de Gran Canaria para afrontar el litigio surgido, y solicitamos una Medida Cautelar, que suspendiera la ejecutividad del Auto apelado, con la devolución de su DNI y pasaporte; pero, pasados ya más de seis meses de nuestras acciones legales, la Dirección General de los Registros y del Notariado del Ministerio de Justicia de España no ha dado muestras de atención a nuestro caso, prolongando la separación de nuestra familia, y acrecentando los daños económicos y síquicos resultantes de esta situación. En efecto, nuestra familia se ha visto obligada a la separación durante las pasadas navidades, el año nuevo, el cumpleaños de mi esposa el 23 de enero pasado, el día de San Valentín el 14 de febrero; y lo que es peor, este 1ro de abril afrontamos la posibilidad real de vivir en separación, por primera vez, mi 64 cumpleaños y nuestras Bodas de Coral por nuestros 35 años de matrimonio.
     ¡Perdón, pero no he podido callar esta pesadilla del SECUESTRO EN EL CONSULADO DE ESPAÑA EN LA HABANA!

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